sábado, 26 de mayo de 2018

SEXUALIDAD FEMENINA



    SEXUALIDAD: se define como el conjunto de características físicas y psicológicas propias de cada sexo. Conjunto de actividades y comportamientos relacionados con el placer sexual.

     La sexualidad femenina responde a un impulso vital que comienza antes del nacimiento y constituye un  factor de conducta necesarios en nuestra vida para perpetuar la especie y para el desarrollo anímico de la mujer y sus relaciones con la persona que desea y las personas de su entorno.

     Abarca aspectos psicológicos, socioculturales y del comportamiento que suponen un extenso componente
de las actividades que  realiza.

    

   Somos personas sexuadas desde que nacemos,  la sexualidad infantil tiene características muy diferentes a las de la etapa de la adolescencia. El comportamiento y el funcionamiento en la infancia de la niña  están orientados por procesos educativos variables según la cultura y las costumbres. Son muy importantes para el desarrollo de la sexualidad en estos años las relaciones que mantienen las niñas con las personas que las cuidan, especialmente aquellas a las que se vinculan afectivamente, las figuras de apego.

    En el período comprendido entre los 6 y los 11 años aproximadamente,  prevalece el aspecto recreativo y relacional de la sexualidad. La sociedad, a través de los diferentes agentes de socialización, continúa modelando la  conducta sexual ejerciendo una gran presión educativa en el campo sexual.






      En la pubertad se llega a  la diferenciación psicológica, el nacimiento de los impulsos sexuales (libido), la definitiva orientación de la atracción sexual hacia la persona que desea y el desarrollo de los caracteres sexuales físicos.

    A partir de estas edades puede surgir el enamoramiento, llegando a convertirse en el eje central de la vida en las chicas, iniciándose las primeras relaciones afectivas, los primeros besos, primeras caricias, masturbaciones, deseos expresados y comunicación.

       Si estas relaciones eróticas se llevan a cabo desde el deseo, en coherencia con los valores, creencias y sentimientos propios, aprendiendo a prevenir y gestionar las consecuencias no deseadas (embarazos, ETS, arrepentimientos y relaciones no gratificantes), esto posibilitará una mejor vivencia de la sexualidad en esta etapa y en la construcción de su sexualidad adulta.





   

 A lo largo de la madurez de la vida femenina múltiples acontecimientos (menstruación, parto, lactancia, práctica de métodos anticonceptivos) pueden incidir y ocasionar cambios de la sexualidad. El desarrollo de una sexualidad plena y su integración en todos los planos y períodos de la vida de la mujer requiere de conocimiento y preocupación por su propio cuerpo.  La intimidad con su pareja y el acercamiento sexual además de los los estímulos que conducen al deseo sexual pueden ser distintos o variar durante esta etapa sin que esto implique menos libertad para la sexualidad. 

  Sin embargo  puede haber mas confianza con la pareja sexual (decir lo que te gusta y lo que no puede ayudar al otro a acertar más), hay mas libertad  para sentir (es capaz de liberarse y permitirse sentir) y tiene mas conocimiento de las sensaciones fisiológicas de su cuerpo.
 

    





       Para las mujeres adultas mayores tanto la sexualidad como la afectividad, tienen la misma importancia que tenían en otras etapas de la vida. El problema puede ser el pudor que produce al referirse al tema. La mayoría de las mujeres experimentan la menopausia en esta etapa y comienzan a presentar un descenso de la actividad sexual, debido a un descenso del interés sexual y una disminución de la respuesta al estímulo sexual. Los cambios que se presentan en esta etapa por la disminución en la producción de estrógenos, conllevan a la aparición del dolor durante el coito y por lo tanto disminución en la actividad sexual al asociar dolor y relaciones sexuales. Este comportamiento puede estar también  determinado por la conducta del marido o compañero sexual.  Los cambios fisiológicos que son propios en esta etapa no influyen en una positiva adaptación sexual de la mujer mayor.
      Los factores psicológicos juegan un papel decisivo en la época climatérica, pueden haber mujeres que mejoran sus relaciones sexuales tras la menopausia al eliminarse el temor a un posible embarazo y un mayor disfrute de la sexualidad.

   

   

  Las relaciones sexuales pueden prolongarse mucho después de la menopausia, sin embargo al llegar a ciertas edades ( cerca de 70 años) muchas mujeres han cesado por completo sus relaciones sexuales o manifiestan su insatisfacción, sientiendose  resisgnadas o satisfechas con su situación.





    En nuestros días la sexualidad en la mujer ocupa un lugar importante dentro de la vida cotidiana y como tal se debe  abordar, entendiéndola como un derecho de salud.

     








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