lunes, 2 de octubre de 2017

ACTIVIDAD FÍSICA Y CÁNCER

 ¿Existe una asociación entre la actividad física y la reducción en el riesgo de padecer cáncer?.

     Muchos pacientes con cáncer, no tienen una historia familiar relacionada con su enfermedad sino que se presenta como un hecho aislado o esporádico. La mayoría de las neoplasias son producto de cambios o modificaciones adquiridas durante la vida, por lo que el estilo de vida tiene una influencia importante por la exposición a factores que favorecen estos cambios, que pueden dar lugar al conjunto de fenómenos que determinan la aparición y desarrollo de un cáncer. 

¿Cómo explicar la disminución del riesgo de cáncer con el ejercicio? Se han propuesto
diferentes mecanismos.

1. Reducción de los niveles de hormonas en sangre como estrógeno y testosterona. Este efecto tendría impacto principalmente en las neoplasias que dependen de hormonas  como el cáncer de mama y endometrio.

2.  El aumento de los niveles de insulina se ha relacionado con el crecimiento celular y suprime los mecanismos de  destrucción celular , que realiza el organismo  con el fin de controlar el desarrollo y crecimiento celular. El ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina, disminuye los niveles de insulina, lo que favorece el control y desarrollo celular.

3. El ejercicio reduce la producción de  sustancias que regulan las respuestas relacionadas con el sistema inmune, por lo que tendría un efecto favorable para evitar el crecimiento de células dañadas y de esta manera no se promueve el crecimiento tumoral,

4. Durante el ejercicio constante se mantiene a su vez una  elevación de ciertas células del sistema inmune que permiten eliminar las células alteradas cuya supervivencia supone un crecimiento celular alterado.

5. El ejercicio funciona como antioxidante porque mejora la remoción de sustancias que comienzan reacciones que dañan a las células y favorecen el desarrollo  y la aparición de células cancerígenas

          La vasodilatación y el aumento de la frecuencia cardíaca que genera la actividad física, produce  paso de la sangre por los vasos para llegar a todos los tejidos del cuerpo en forma adecuada y remueve  los desechos producto del metabolismo celular de forma oportuna.

       Si bien el ejercicio impresiona ser la medida preventiva más importante, no es la única. Se aconseja, mantener un peso corporal adecuado, limitar el consumo de alimentos poco nutritivos, comer preferiblemente alimentos de origen vegetal, limitar el consumo de alimentos de origen animal,  de alcohol y el consumo de sal. También se recomienda lograr los requerimientos nutricionales a través de la dieta, no con suplementos nutricionales, se insiste en la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad. El cumplimiento de estas recomendaciones se traduce en una disminución de la morbilidad y  mortalidad por todas las causas.

        El ejercicio no necesariamente debe ser intenso, el efecto saludable se produce con una actividad moderada como caminar. Es necesario incorporar más actividad física regular a la rutina diaria como subir escaleras, bailar o correr y hacer actividades andando o utilizar más la bicicleta como medio de transporte. El mejor ejercicio definitivamente es aquel que nos entusiasma porque nos invita a disfrutarlo frecuentemente.






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