lunes, 5 de junio de 2017

LA CITOLOGÍA

             

      La citología del cuello uterino es una técnica que consiste en observar  las células que se toman a través de una muestra obtenida con una espátula y un cepillo o hisopo a través del microscopio para estudiar su morfología. Es una de las ayudas diagnósticas más importantes pues es muy útil, indolora, relativamente rápida, económica y sencilla




         Se realiza para  la búsqueda de células premalignas o malignas en el cuello del  útero y de la vagina, además da una idea de la actividad hormonal de la mujer, y  orienta sobre infecciones vaginales. Esta indicada realizarla una vez al año, pero en casos de que se salga alterada, el ginecólogo establecerá la periodicidad de la misma.

         El tejido que forma el cérvix está sometido a una serie de modificaciones según se
desarrolla la mujer, estos cambios se producen dentro de la normalidad pero en ocasiones, bajo la influencia de factores de riesgo, pueden terminar en lesiones malignas. Inicialmente se forman células anormales sin carácter maligno, pero estas anuncian un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino en el futuro. Las alteraciones iniciales no muestran síntomas en la mayoría de los casos, lo que hace aún más difícil su diagnóstico


        Así, el motivo del empleo de la citología es detectar esas lesiones premalignas, para poner tratamiento y solución lo antes posible. Entre las lesiones premalignas existen distintos grados de gravedad: desde células con cambios leves hasta alteraciones cercanas a las cancerosas. Para la formación de un cáncer se ha debido pasar por un período de transformación que puede ser de años.

         Cuando los resultados de una citología salen alterados, el especialista puede someter a la paciente a una colposcopia, para una mejor exploración y toma de muestras.





       La colposcopia es un procedimiento de exploración ginecológica del cuello del útero, mediante un instrumento llamado colposcopio, que actúa a modo de una gran lupa. Con el colposcopio se consiguen observar cambios sospechosos de lesión premaligna o maligna. En esta misma exploración, se podrán tomar mayores muestras del cérvix (biopsias).      








Toda mujer en edad reproductiva y/o con antecedente de actividad sexual debería practicarse la citología del cuello uterino al menos una vez al año.