La obesidad según la Organización Mundial de la Salud es una acumulación anormal o excesiva de grasa en el tejido adiposo, en un grado tal que deteriora la salud.
Actualmente en la población mundial existe un aumento de los casos de sobrepeso y obesidad que se asocian con el riesgo cardiovascular. Específicamente la obesidad abdominal (medida de la cintura) es la que conlleva al avance de múltiples factores de riesgo cardiovascular y metabólicos.
Varias condiciones médicas han sido asociadas con la obesidad: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial,
cardiopatía isquémica, dislipidemias (elevaciones anormales del colesterol y triglicéridos), enfermedades hepáticas, renales, respiratorias, artrosis, infertilidad, cáncer ( hígado, riñón, mama, endometrio, próstata, colon).
cardiopatía isquémica, dislipidemias (elevaciones anormales del colesterol y triglicéridos), enfermedades hepáticas, renales, respiratorias, artrosis, infertilidad, cáncer ( hígado, riñón, mama, endometrio, próstata, colon).
Sustancias secretadas en el tejido adiposo han sido implicadas en el desarrollo de la obesidad y juegan un papel importante en el equilibrio de varios procesos fisiológicos que incluyen la ingesta de alimentos, la regulación del equilibrio energético, la acción de la insulina, el metabolismo de la glucosa y lípidos, funciones vasculares, regulación de la presión arterial y la coagulación.
En este proceso, los factores ambientales y genéticos participan interactuando para producir la obesidad. La genética explica el 40% de los cambios en el peso corporal, a su vez la población consume mas alimentos procesados y ricos en grasas y calorías y los nuevos patrones de trabajo, de transporte y recreación hacen que las personas lleven una vida más inactiva.
Aunque la genética y algunos trastornos causan obesidad, la mayoría de los casos de obesidad en adolescentes son consecuencia de la falta de actividad física y de consumir más calorías de las que se necesitan para el nivel de actividad. La obesidad no es causada necesariamente por comer en exceso, si no por preferir alimentos procesados con alto contenido de azúcar y grasas.
Aunque la mayoría de las complicaciones de la obesidad se producen en la edad adulta, las adolescentes obesas son más propensas a sufrir hipertensión y diabetes de tipo 2.
Debido al estigma de la sociedad contra la obesidad, muchas adolescentes obesas tienen una mala imagen de sí mismas, lo que puede llevar a presentar problemas emocionales.
En el área de ginecología y reproducción, la obesidad se ha asociado con alteraciones menstruales, hirsutismo, infertilidad, aborto y complicaciones obstétricas. Además, el 50% de las mujeres con sobrepeso u obesidad pueden tener ovarios poliquísticos o síndrome de ovarios poliquísticos (SOP). Las principales características de las enfermedades que tienen lugar en la mujer durante la realización de sus funciones por las que la obesidad afecta a la reproducción son: el hiperinsulinismo ( aumento de la insulina en sangre), el hiperandrogenismo funcional (producción excesiva de andrógenos) y la anovulación (ausencia de la ovulación).
En la mujeres embarazadas y obesas hay mayor riesgo de complicaciones materno-fetales, existe mayor predisposición de síndrome metabólico durante el embarazo y posteriormente, hay un incremento del riesgo de preeclampsia, parto pretérmino, distocias de hombro, trauma al nacer, laceraciones perineales, hemorragias postparto, trabajo de parto prolongado, muerte fetal, macrosomía fetal y retardo en el crecimiento fetal. El manejo de esta paciente debe ser multidisciplinario y es importante la asesoría.
En las mujeres con obesidad se debe seleccionar de manera particular el uso del anticonceptivo hormonal en el caso de que se desee planificación familiar con este método,siempre conociendo los riesgos de patologías asociadas con la obesidad.
La menopausia es uno de los períodos de la vida de la mujer, en el cual la ganancia de peso y la aparición o empeoramiento de la obesidad se ven favorables. Esto aumenta el riesgo de Diabetes Mellitus tipo 2, hipertensión arterial, alteración del colesterol y los triglicéridos, enfermedad cardiovascular así como el cáncer de endometrio y de mama. Este aumento de peso estaría más relacionado con una mayor ingesta y una disminución del gasto energético, igualmente hay relación con la edad y con la disminución de los estrógenos y los andrógenos
El envejecimiento, padecer de patologías crónicas como: la hipertensión arterial, la dislipemia, la diabetes, el hábito tabáquico, el sedentarismo, la obesidad y los antecedentes familiares son los factores más importantes, y, hay que tener en cuenta, que se potencian entre sí.
Los cambios del estilo de vida continúan siendo el pilar fundamental para control del peso. Generalmente se recomienda una dieta hipocalórica, baja en grasas saturadas y alta en fibra. La actividad física es primordial, ambos deben ser individualizados en cada persona de acuerdo a los cambios asociados con la obesidad y deben ser manejados por los especialistas encargados, el manejo es multidisciplinario y los requerimientos y recomendaciones varian de acuerdo a la condición y etapa de cada mujer.
El sobrepeso y la obesidad pueden prevenirse.
La adolescencia constituye el momento ideal para iniciar cambios y desarrollar hábitos que permitan un control del peso, esto determinará una mejoría en la calidad de vida de las jóvenes.
Es recomendable una evaluación precoz de todas las gestantes obesas.
Las mujeres con sobrepeso y obesidad al inicio del embarazo pueden desarrollar complicaciones obstétricas.
Un peso excesivo está asociado a problemas de infertilidad.
La mujer obesa con deseos de planificación familiar, debe recibir orientación sobre cómo usar métodos anticonceptivos de manera segura y eficaz sobre todo si son hormonales.
La mujer no puede descuidar su salud con la llegada del climaterio y es necesaria su colaboración a la hora de prevenir los factores de riesgo (como la obesidad), que conducen a las enfermedades cardiovasculares, así como a otras patologías frecuentes en la menopausia.